TURISMO CULTURAL EN SITIOS DE PATRIMONIO MINERO
De San Antonio sólo podemos ver la chimenea que se distingue en medio de una presa que la familia Landero construyó sobre la hacienda en 1916, dicha familia era dueña en ese momento de varias haciendas de la región y de una compañía eléctrica; el visitante puede disfrutar de un paseo en lancha motorizada. La desembocadura de la presa descarga sobre una de las más grandes y raras formaciones geológicas en el mundo: los Prismas Basálticos, que también tienen acceso a través de un centro recreativo comunitario donde además de pasear en lancha, pescar, nadar y cabalgar pueden adquirir artesanías y saborear una deliciosa comida.
En la década del 50 del siglo XVIII, Pedro Romero de Terreros, concluyó que las haciendas de beneficio que tenía no eran suficientes para procesar su mineral, por lo que compró la hacienda El Salto y construyó en su lugar la más impresionante de sus haciendas: Santa María, reseñada por los viajeros del siglo XIX y pintada, entre otros, por Eugenio Landesio y Moris Rugendas, gracias a su estado de conservación e integridad hasta hace pocos años, era el mejor ejemplo de una hacienda de beneficio de patio en la región y probablemente en el país.
San Miguel, convertida ahora en un hotel, ha sufrido la transformación total de la antigua hacienda de beneficio, la única referencia de la actividad que en ella se realizaba son los hornos de fundición que sobresalen en un lago artificial creado para el deleite de los turistas.
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